En el nuevo capítulo de ‘The
Walking Dead’ nos encontramos con un episodio de transición que no aburre e
incluso resulta divertido con la aparición de un nuevo personaje.

A continuación Rick sale con
Daryl en busca de provisiones y de alguna persona siguiendo la filosofía de Deanna.
Ambos llegan a un almacén, donde encuentran una camioneta cargada de alimentos
que no dudan en llevarse. Sin embargo, aparece en escena un personaje curioso y
que les traerá de cabeza a Rick y a daryl. Dice llamarse Paul Rovia, conocido
por el apodo de "Jesús". En una curiosa estrategia chocándose con
Rick, aprovecha para lanzar unos petardos y llamar la atención y de paso
robarle a Rick las llaves de la furgoneta cargada y robársela. Ambos, alucinando
con la situación, emprenden una particular carrera a pie con la suerte de
encontrar a Paul más adelante mientras cambia una rueda. Lo atan y lo dejan en
la carretera, pero el hombre, que tiene innumerables recursos, consigue subirse
al techo de la furgoneta. Rick, al descubrirlo, no duda en en frenarbruscamente
para hacerlo caer. Comienza una persecución simpática que acaba con Paul salvándole
la vida a Daryl de un caminante, pero la
camioneta termina sumergida en el agua. Se llevan a Paul hasta Alexandria y lo
dejan que sane en una habitación.
Mientras que Rick y Daryl están
afuera, Michonne mientras hace guardia
ve a Spencer, el hijo de Deanna,
adentrarse en el bosque en solitario con una pala con la intención de dar una
muerte digna a su madre, la cual había visto caminar por la zona. Carl la había
visto antes, ya que estaba de picnic con Enid por allí. En vez de darle muerte,
se usa de cebo a sí mismo para llevarla indirectamente ante su hijo. Carl
consigue llevarla hasta Michonne y Spencer que tras matarla la entierran cerca
de un árbol y tallan una D.
Esa misma noche, Michonne habla
con el hijo de Rick. Le dice que no tenía que estar allí y que en cualquier
caso, tendría que haberla matado. Pero Carl se sincera y le hace ver que esa no
era su labor. Tenía que hacerlo alguien de su familia, como el caso de Spencer.
Culmina diciendo que él lo haría con Michonne sin pensarlo porque para él, es
familia. Ambos se funden en un abrazo.
Es de noche, Rick descansa tras
un día complicado. Michonne lo acompaña. Él le da un paquete de caramelos de
menta, se rozan las manos, una cosa lleva a la otra y acaban los dos teniendo
una apasionada noche. Al día siguiente, mientras los dos duermen felizmente
junttitos, una voz suena: "Rick, tenemos que hablar". Es "Jesús",
quien ha escapado de su habitación y ha llegado hasta la presencia Rick.
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